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10 Consejos para disfrutar de un verano perfecto

• Disfruta del Sol… ¡pero con protector solar! Los médicos recomiendan FPS entre 30 y 50. Evita las horas centrales, las de máximo calor.
• Disfruta del Agua… Los baños en el mar, ríos, lagos, etc., son muy recomendables en temporada veraniega. Pero todo con prudencia y moderación. Por ejemplo, en las playas respetando las advertencias de los socorristas, banderas de color, mensajes a través de los megáfonos…

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• Disfruta del Descanso… Todo un año de trabajo bien merece un buen descanso. Dedica buenos ratos al descanso reparador. Las siestas de 20 minutos son altamente tonificadoras.

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• Disfruta del Paisaje… Si no puedes viajar a un lugar exótico, te sorprendería la de lugares maravillosos que puedes encontrar muy cerca de tu ciudad. Puedes planear excursiones en familia. Una buena búsqueda en internet te puede ayudar a localizarlos (no a tu familia, sino a los sitios 😉): el Pirineo Catalán, los lagos de Covadonga, el Delta del Ebro, las Rías gallegas, los nacimiento de los ríos, castillos templarios, playas, montañas, museos, volcanes extinguidos, etc.
• Disfruta de un buen Libro… Acércate a la biblioteca, a la librería que hay cerca de tu casa (o de donde estés), a tiendas de libros de segunda mano, a mercadillos de antigüedades donde localizarás libros antiguos muy económicos… Selecciona 2 ó 3 libros y déjate seducir por una buena lectura que te lleve a las Mil y una noches, a increíbles viajes con Julio Verne, a visitar la Barcelona de Carlos Ruíz Zafón, la Anábasis de Jenofonte, la Generación del 27 ó la del 98, o incluso, leer a Kierkegaard, como nos recomendaban Faemino y Cansado… Seguro que encontrarás un libro a tu medida.

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• Disfruta de las Comidas sanas y bebidas refrescantes… Durante esta temporada, la temperatura suele subir considerablemente, así que hay que hidratarse. Las frutas típicas del verano son manjares jugosos. Las buenas ensaladas siempre son de agradecer (ensalada de lechuga, pasta, etc.). Prueba a añadir a tu ensalada cosas diferentes: atún, pasas, nueces, quesos, avellanas… Todo aderezado con aceite de oliva, vinagre de Módena y una pizca de sal. ¡Atrévete a probar comidas nuevas fuera de casa o ha cocinarlas tú mismo!

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• Disfruta del Deporte… Bicicleta, tenis, natación, montañismo, caminatas… Tu cuerpo te lo agradecerá y te sentirás mejor contigo mismo.
• Disfruta de tu Familia… porque es un regalo. ¡La familia es lo primero! ¡Lo sabe hasta la Mafia!. Perfecta no será, pero es donde hemos aprendido a convivir y donde hemos forjado nuestro carácter y de donde tomamos muchos de los valores que nos acompañan en la vida. Aprovecha para hacer actividades en familia que no sueles hacer normalmente. Un verano fuimos en familia a montar a caballo y lo pasamos genial. ¡Otros suben en globo o se lanzan en paracaídas! Aunque hay actividades de menos riesgo, como ir al cine (palomitas a gogó). El minigolf es la apuesta más económica y menos peligrosa. Podéis ir por la tarde/noche con la fresquita… pero hacedlo juntos. Los juegos de mesa también son un estímulo a los sentidos, algunos se pueden jugar en grupos de 2 ó más. Si eres familia numerosa lo tienes fácil. También podéis visitar la tienda de alguna ONG y colaborar comprando o donando algo para los que tienen menos recursos.

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• Disfruta del Voluntariado… Embárcate en la aventura de compartir un poco de tu tiempo colaborando con otros que lo están pasando mal. Tal vez como familia podríais apadrinar un niño, apoyar proyectos de ayuda a los refugiados, echar una mano en las asociaciones del barrio que trabajan con el Banco de Alimentos. ¡Ánimo!
• Disfruta del Agradecimiento… ¡Llénate de él! Vive unas vacaciones de manera agradecida. Da las gracias a troche y moche. Agradece a quien le toque cocinar, o si coméis fuera de casa, píntate una sonrisa y da las gracias cuando te sirvan. Agradece a las chicas o chicos del supermercado, a la panadera, al camarero… Agradece al empleado del surtidor de gasolina. Agradece a tu esposa o esposo que te ame todavía y que te aguante tantos años. Agradece a tus hijos que te hayan “adoptado” como padre o madre, y diles que intentarás hacerlo cada día mejor. Agradece a tus padres que te hayan cuidado siempre y que te hayan enseñado a ser una persona de bien. Vete a lo alto de un cerro, un monte, una montaña, o a la orilla de una playa en un precioso amanecer o atardecer… dirige tu vista hacia el horizonte y agradece a Dios por tu vida y por tu familia. ¡Vive agradecido todo un verano perfecto!